miércoles, 31 de mayo de 2017

Alta Ruta Ordesa con esquís (S.Santa 2017)


La pasada Semana Santa (13 y 14 de abril) decidimos conocer Ordesa con esquíes. Realizamos una ruta de 2 días, haciendo noche en el refugio de Goriz. Antes de nada hay que decir que Ordesa no es un lugar donde encontraremos grandes esquiadas de amplias palas y largos descensos. La orografía no es la mejor para el esquí. Sin embargo, en la ruta que vamos a mostrar, cambiamos varias veces de valle, y por tanto de paisaje, encontrando  algunas de las vistas que consideramos más bellas y espectaculares de todo el Pirineo (Cañon de Ordesa y Brecha de Rolando). 

Datos de la ruta:

Inicio: Cuello Arenas
Final: Bujaruelo
Distancia: 25,54 km
Desnivel positivo:  1.616 m
Desnivel negativo:  2.174 m


Descripción de la ruta:

Dejamos el coche en Nerín donde nos recoge una furgoneta que por 15€ por cabeza nos sube hasta Cuello Arenas por una pista forestal en perfecto estado, aunque cerrada al público. La furgoneta nos deja a 1.849 m de altitud, y nos llevamos una decepción grande ya que al llegar ha desaparecido toda la nieve que al parecer sí había 3 días antes. Nos toca portear hasta casi Cuello Gordo, unos 25 min. 



Al llegar a Cuello Gordo nos asomamos al espectacular y vertiginoso Cañón de Ordesa, con nieve en su parte alta, altos saltos de agua debidos al deshielo, y verdes praderas al fondo. 



Una vez en Cuello Gordo hay que subir al lomo de la Sierra de la Custodia para recorrerla casi en su totalidad. Es una arista sencilla pero no es aconsejable aventurarse por ella en días de viento con flujo norte. Cruzar la Sierra de media ladera es muy peligroso, ya que son laderas de fuerte pendiente y en caso de caída aterrizaríamos en el fondo del cañón.



Pablo en la arista de la Sierra de la Custodia

Al llegar al penúltimo pico de la Sierra de la Custodia, quitamos pieles y nos preparamos para la única bajada del día. Ojo, que la pendiente es bastante fuerte (es cara oeste, el sol no le dará hasta bien entrada la mañana).  Nosotros encontramos la nieve dura, pero agarraba bien. 


Desde la Sierra de la Custodia las vistas son espectaculares, tanto del intrincado Valle de Añisclo como del cañón de Ordesa y del macizo del Perdido.



Para llegar al refugio solo nos queda un llaneo donde en algunas zonas hay poca nieve y pendiente, por lo que decidimos hacer casi en su totalidad con pieles, aunque probablemente dependerá de las condiciones de la nieve. En pocos minutos llegamos a Góriz.

Pepe, Mamen y Pablo con el Valle de Ordesa al fondo


Paula y refugio de Góriz al fondo


El refugio de Góriz es uno de los más antiguos de España, y junto con la Renclusa, muy probablemente uno de los que más pernoctas registran al año. Sin embargo el refugio actualmente deja mucho que desear, ya que es realmente incómoda la estancia allí. Son habitaciones con litera corrida de 27 plazas (nuestra habitación). Los servicios están ubicados fuera del refugio (es un barracón). Para todo el refugio (72 plazas) hay 1 WC y 2 letrinas.  A destacar únicamente el servicio de comidas y  el personal.
Somos conscientes de que estamos en alta montaña, pero hay refugios de la federación Aragonesa infinitamente más confortables, como puede ser La Renclusa, Ángel Orus, Respomuso, Ibones de Bachimañana, etc, y es una pena que Góriz, siendo uno de los más concurridos esté en estas condiciones.

Valle de Ordesa desde el Refugio de Góriz

Al día siguiente amanece un día perfecto, de cielo azul. A las 8 a.m nos calzamos los esquís. Tenemos que subir primero a Collado del Descargador. 


Una vez pasado Collado del Descargador la pendiente baja y seguiremos foqueando en la misma dirección, hasta ver aparecer a nuestra derecha la mítica Brecha de Rolando, justo al alcanzar el Cuello Millaris. También apreciaremos el Taillón, y el Dedo del Taillón. Toda esta zona con mala visibilidad puede ser complicada para orientarse, un GPS puede venir bien. 

Taillón y Dedo del Taillón desde el lado español

Pablo y brecha de Rolando al fondo

La Brecha de Rolando es uno de los lugares más famosos de los Pirineos. Es un corte en la roca de 100 m de altura, y es un paso natural a Francia. En el lado francés se encuentra el refugio de Sarradets, y el valle de Gavarnie con su impresionante cascada. 

La subida hasta la Brecha de Rolando no tiene mayor complicación, salvo los metros finales, donde la pendiente gana mucha inclinación y con nieve dura puede ser expuesto foquear de media ladera. Nosotros cuando pasamos la nieve estaba muy blanda y no hubo problema, pero en caso contrario quizás sea mejor idea ponerse los crampones. 

Brecha de Rolando desde el lado español

Paula en la brecha de Rolando

En la Brecha realizamos una parada técnica para hidratarnos y coger fuerzas con alguna barrita energética porque aunque solo queda bajar, nos espera un largo camino. 

Desde la Brecha las vistas sobre el valle de Gavarnie son magníficas, siendo la vertiente francesa mucho más escarpada que la española. 

Para bajar al lado francés de la Brecha encontramos nieve muy dura, por lo que decimos ponernos los crampones. Salvado el primer tramo, nos calzamos los esquís y a disfrutar!! O no tanto...son las 14:00, es un día de mucho calor y la nieve está muy húmeda, que unido a la gran cantidad de huellas que había, supone hacer esquí de supervivencia en un patatal. Así que con las piernas muy cansadas, y con mucho cuidado bajamos hasta el refugio de Sarradets. 

Brecha de Rolando desde el lado francés

Valle de Gavarnie

Refugio francés de Serradets

Desde el refugio se gira a la izquierda para pasar por el Col des Sarradets y de media ladera se cruza bajo la imponente cara norte del Taillón. 

Refugio de Serradets y Brecha de Rolando asomando en el margen derecho



Norte del Taillón

Al final de la media ladera alcanzamos el Puerto de Bujaruelo. Desde allí solo queda bajar 1.000 de desnivel, aunque solo tenemos nieve hasta la mitad. Un poco más abajo de la Cabaña de Eléctricas tuvimos que quitarnos los esquíes (1.800 m aprox). El porteo hasta Bujaruelo fue de unos 45 min, disfrutando de los contrastes de las cimas nevadas, y del verdor del valle al fondo.

Una ruta larga pero que merece la pena por sus incomparables paisajes.
¡Nos vemos en el Monte!







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